viernes, 8 de junio de 2012

Los preparativos del viaje


“Esa noche, de plano –por lo menos yo- no pudimos dormir, con el sobresalto de no despertar a tiempo, de andar con prisas o de que algo a última hora se nos olvidara; pero principalmente por el enjambre de soñadas peripecias; creo que mi madre no reposó un momento: la oí toda la noche andar de un lado a otro, abriendo y cerrando cajones, preparando en la cocina el bastimento, llenando maletas, empacando utensilios: las luces prendidas toda la noche. Mucho antes de la hora fijada estábamos en pie, sin necesidad de que nos despertaran; tan temprano era, que mi madre instó a que nos acostáramos de vuelta; más ya estábamos vestidos y despabilados; tarde se nos hacía que llegara el arriero; salimos a la calle para esperarlo; qué raro sonaban en la acera vacía nuestras ruidosas voces; desesperados por la tardanza volvimos a entrar, volvimos a salir; teníamos puestos ya los sombreros de palma propios para el sol; mi madre nos llamó locos y reclamó que tuviéramos juicio, que no comiéramos ansias; debíamos abrigarnos contra el aire de la madrugada; la contestación fue que no sentíamos frío; las reprimendas eran en especial para mí por ser el más alborotador y cabecilla de impaciencias; el silencio del barrio dejaba oir con claridad las horas –qué lentas corrían- del reloj de catedral; acababan de sonar las cuatro, cuando percibimos el trote del atajo, que al fin desembocó en la esquina; la revolución de la casa se multiplicó en gritos, carreras, recomendaciones, preguntas; quiso aún mi madre que tomáramos una taza de canela caliente y alguna pieza de pan, para no salir con aislamiento de estómago; entre velas que apagaba el viento y entre sombras, con increíble destreza, el arriero dejó bien afianzado el montón de maletas y demás avíos, nos distribuyó los burros y nos acomodó sobre los aparejos, cortó discusiones y ordenó la marcha”.
Fragmento de “Gota Serena”. Agustín Yáñez (1949-1963)

No hay comentarios:

Publicar un comentario