viernes, 28 de septiembre de 2012

Caminos de la plata


Pasan los siglos y México sigue haciendo honor a su larga tradición argentífera. Hoy se mantiene como primer productor mundial de plata, con 4.500 toneladas anuales, solo que el preciado metal ya no se usa tan indiscriminadamente como en el pasado, cuando llegó a utilizarse hasta en bacines; y no se fabricaron con él barrotes de ventanas, por temor de las autoridades (ni siquiera de los dueños) a que los ladrones se los llevaran.
En su libro “Los Almada y Álamos. 1783-1867”, el escritor norteamericano Albert Stagg habla del lujo argentífero que solían tener en el siglo antepasado las familias prominentes de Álamos, Sonora, http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81lamos_(Sonora), particularmente los Almada, que llegaron a ese rico mineral en 1783, provenientes de España, para convertirse en una de las familias mineras más poderosas del Estado.
Stagg reproduce en su libro una carta de la señora Karam, de Arizona, quien anota reminiscencias de su abuela Isabel Almada, nacida en 1833:
“Las barras de plata eran traídas de las minas en los lomos de mulas y almacenadas en un enorme cuarto de la casa grande. Allí eran amontonadas hilera tras hilera… en las comidas toda la familia se sentaba a una larga mesa y toda la vajilla era de plata, hasta las tazas y platillos y vasos para beber. A medida que pasaban los años, con el uso, los platos estaban todos abollados, y mi abuela y su hermana los odiaban. Anhelaban tener platos de loza o por lo menos vasos para tomar como tenían las otras familias, pero su padre no escucharía nada al respecto. Cuando a un sirviente se le caía un plato exclamaba: “Dos reales a la bolsa.” Pues si hubiera sido de loza, se hubiera quebrado. Un día mi abuela de algún modo se hizo de un pequeño vaso y lo conservaba escondido en su recámara como algo precioso. Decía que las jarras y jofainas en sus recámaras también eran de plata. Todas las jarras tenían grabados sus nombres. El de ella decía : Soy de mi dueña Isabel Almada [...] Una vez su padre quiso poner barras de plata en las ventanas en lugar de las de fierro, pero las autoridades lo detuvieron porque los ladrones se las podrían llevar. En esos días no había bancos y supongo que el querido viejo tenía tanta plata que no sabía qué hacer con ella.”
Sobre las “conductas” de metal precioso de Sonora a la capital mexicana, dice el mismo autor:
“Ya con la marca de buena calidad de la oficina de ensaye en Álamos, debían ser transportadas  [las barras de plata] a la ciudad de México vía Guadalajara, por la conducta, la recua de mulas que salía para el sur dos veces al año. Una carga de mula constituía dos barras que pesaban 45 kilos cada una, atadas una a cada lado del aparejo. Hasta ochocientas mulas con sus arrieros y unos cien guardias armados estarían en camino durante varias semanas con una carga que valía más de un millón de pesos. A principios de enero y otra vez en julio la conducta hacía el viaje de quinientas leguas a la capital con toda la plata procesada en Sonora durante los seis meses anteriores. De la ciudad de México otra conducta tenía la responsabilidad de llevar la plata a Veracruz para ser embarcada a Europa...”
Muchos y muy antiguos son los caminos de la plata que transitaron los arrieros desde el Siglo XVI en México; el de Álamos es apenas uno de ellos. Sobre los primeros caminos en el Occidente del país recomiendo al lector el siguiente enlace:



jueves, 20 de septiembre de 2012

Premios Liebster de Arrieros de México

Fue la mañana del pasado 10 de septiembre cuando recibí la grata noticia: Pax augusta,  que dirige el historiador y periodista español, Gustavo Adolfo Ordoño Marín, eligió Arrieros de México para el Premio Liebster, concedido por los autores de blogs a quienes destacan en esta rama de la actividad cibernética.
Para Arrieros de México constituye un alto honor este reconocimiento, sobre todo por provenir de un blog tan prestigiado. El premio representa, además, un gran estímulo, puesto que los arrieros mexicanos empezaron hace poco tiempo a cabalgar por el ciberespacio.
Dice Ordoño Marín: “Este blog del periodista mexicano, Javier Medina, me gusta porque es como entrar en una ´librería de viejo´  y encontrarte historias de un pasado no tan lejano, pero lleno de nostalgia”.
¡Gracias, Gustavo!


El objetivo de los premios Liebster no es otro que dar a conocer a distintos blogs. En todo caso, el jurado está compuesto por los propios bloggers para establecer una cadena “ad infinitum”. Las reglas del premio son:
1.- Copiar y pegar el premio en el blog
2.- Enlazarlo con el Blogger que te lo ha otorgado
3.- Premiar a cinco blogs con la condición de que tengan menos de doscientos seguidores y dejarles un comentario en sus entradas para notificarles que han ganado el premio
4.- Confiar en que continúen la cadena premiando a su vez a sus cinco blogs preferidos

Conforme a estas reglas, Arrieros de México otorga con el mayor agrado, en un ambiente de fiesta a la mexicana (cohetes, vivas, dianas y aplausos),  el preciado galardón Liebster a los siguientes blogs:
1.- El blog de Carlos Enrigue., por su defensa  de las mejores causas de Jalisco y de México. Con su habitual sentido del humor, don Carlos no sólo ilustra, sino que además atrapa el interés del lector, haciéndole pasar momentos agradables, caso poco frecuente en el periodismo nacional.
2.- Relatos caninos. La escritora mexicana Mayra Cabrera, calificada acertadamente como  “Ángel guardián de los animales”, demuestra en este blog  y en todo su trabajo profesional un profundo amor a los animales, especialmente  los más necesitados de ayuda, lo cual merece el más amplio reconocimiento.
3.- Roberto Langella Faquin Blog. Este blog -dice su autor- trata de “Astrología, tarot, poesía, arte en general, películas y otras yerbas…” Roberto nos regala sabrosos artículos sobre la actualidad de Argentina,  país hermano muy querido, sin el cual difícilmente podríamos hablar de cultura latinoamericana.
4.- Leonardo Schwebel. Epicentro Informativo. A través de este blog, Leonardo  y sus  colaboradores dejan testimonio de su diaria labor periodística, caracterizada por su honestidad y profesionalismo en el manejo de la información, una constante preocupación por la problemática local y permanente búsqueda de la verdad.
5.- La Diablina Monina, de Carmen Libertad Vera, por sus magníficas historias sobre Guadalajara y su gente, que contribuyen al rescate de las tradiciones tapatías. Sus crónicas y comentarios son de lectura obligada para quienes  deseamos entender mejor a esta ciudad.

viernes, 14 de septiembre de 2012

¿Perros de carga en el México antiguo?


Existen diversas referencias sobre el uso de perros de carga en el México antiguo y en el hoy territorio de Estados Unidos, especialmente entre los indios comanches,  antes de que Cristóbal Colón descubriera América en  1492, pero esta información la amplía en su novela “La Malinche y Cortés” (Nueva York, 1971) la escritora norteamericana Margaret Shedd, quien refiriéndose a la llegada de Hernán Cortés a Veracruz en 1519, dice:
“Trajeron una docena de perros en los diversos barcos. Algunos eran mestizos, de los que resultaba un cruzamiento que ladraba mucho. Pero había también lebreles puros. Los perros de este tamaño y forma eran también desconocidos en México, en donde la especie pequeña y gorda se comía, o se convertían en perros de casa, pero, por supuesto, nunca eran usados para deporte, aunque los aztecas tenían uno lampiño de buen tamaño que se utilizaba como bestia de carga y para compañía en los viajes, así como otra especie pequeña y feroz que cazaba topos y ardillas. Los lebreles fueron amaestrados en Cuba a fin de que persiguieran a los esclavos que huían y para destruir a los desobedientes; fueron traídos a nueva España con iguales propósitos”.
Cabe añadir aquí otra cita de la misma autora que habla de los perros que mataron y se comieron a unos viejos indígenas que le llevaban valiosa información a Hernán Cortés:
“Ocurrió otro acontecimiento en Xochimilco. En tanto que Cortés tenía ahí su corte, llegaron cinco viejos llevando sus códices, y diciendo que querían ver al tuele. ¿Para qué venían? ¿Para poner los códices y manuscritos a su cargo? ¿Para mostrárselos? ¿Para darles a conocer una profecía? Nunca se sabrá. Antes de que llegaran a Cortés, los perros fueron lanzados sobre ellos, quizás como una broma. Los perros mataron y se comieron a los viejos y dispersaron los códices inapreciables con sus ilustraciones que hablaban palabras aztecas de sabiduría”.
El caso es que antes del arribo de los europeos, no había en México burros ni caballos. Por esto eran comunes los tamemes o cargadores, indígenas capaces de recorrer diariamente grandes distancias con pesados bultos en la espalda. Así las cosas, resulta interesante conocer referencias sobre el posible uso de perros como bestias de carga en aquellos lejanos tiempos.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Lo que al burro le falta, al caballo le sobra


En contraste con los asnos, que tienden a desaparecer por falta de  ocupación productiva, al caballo mexicano le sobran campos de actividad: deportes, charrería, carreras, paseos turísticos y terapéutica son algunos de ellos.
A esto obedece que México figure hoy como tercer productor mundial de caballos, tan solo después de Estados Unidos y de China.
Esta prosperidad contrasta incluso con la tendencia global, ya que según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), el mundo perdió 14 millones de equinos durante la segunda mitad del siglo XX, como resultado de la introducción de maquinaria agrícola y el desarrollo del transporte, mientras que en México creció más del doble el censo nacional  en apenas 13 años cuando en 2004 rebasó los seis millones de ejemplares.
Sucedió que mientras asnos y mulas se utilizaban como bestias de carga, hoy sustituidas por modernos medios de transporte, los caballos fueron cada vez más apreciados como animales de placer, sobre todo a partir del surgimiento de la charrería como deporte nacional por excelencia, en los años 30 del siglo pasado.
Actualmente son tan bien cotizados los caballos mexicanos que sus precios pueden fluctuar, según raza y condición, entre mil y 20 mil dólares.
Si a usted, amigo lector, le interesa más información sobre el tema, le comparto el siguiente enlace: